Por eso sonrío y no me quejo

Posted on | 24.8.08 | 3 Comments

  • ¡Café, café, café! Frío o caliente.
  • Las noches de insomnio.
  • Un abrazo con sentimiento (o que me aprieten bien fuerte).
  • Ver a quien había estado pensando todo el día.
  • Las conversaciones con contenido (de esas que se guardan).
  • Las conversaciones sin sentido (que también son inmortales).
  • Las buenas películas (esas que te dejan pensando, podes ver más de ocho veces y te aprendés las líneas a la primera).
  • Terminar de leer un libro y extrañarlo.
  • Elucubrar (sola o acompañada).
  • El olor a cigarro (en mí o en ti).
  • Los besos robados (por algún susodicho).
  • Gritarle al mundo que soy una princesa y soy libre (su reacción no tiene precio... jajaja).
  • Reírme a carcajadas hasta que me duela la panza, se me salgan las lágrimas y/o me den ganas de hacer pipí.
  • Hacer el feo (sola, en ocasiones especiales, o acompañada).
  • Comer chocolates congelados (si es negro con almendras o Ferrero Rocher, ¡MEJOR!)
  • Enfiestarse sin gastar mucho pisto o nada en absoluto.
  • Comer en casa de mi madre, mi tía Carmela (su hermana) o mi abuela (su madre).
  • La mirada y la sonrisa de mi sobrina (también su nariz, su boca, sus extremidades y su voz... Bueno, toda ella).
  • La silenciosa y pacifica presencia de mi Ye-Ye (el abuelo paterno); las quejas y excusas de mi Ama-Tere (la abuela paterna); los regaños de Don Carlos (el abuelito materno); la paciencia y ese aire de inocencia de la Flori (la abue materna).
  • Identificarme con una canción.
  • Aprenderme un poema.
  • Creer que voy a viajar por todo el mundo y planearlo.
  • Decir, sin querer, exactamente lo mismo que la otra persona y al unísono.
  • Hablar francés, con acento, y sin saber lo que digo.
  • Dormir (sin interrupciones) y despertar hasta que YO quiero.
  • Soñar y recordar lo que soñé.
  • Caminar sin tener que apurarme o llegar a un lugar especifico.
  • Cantar a todo pulmón.
  • Que me quede impregnado su olor en mi piel.
  • Los jeans después de usarlos más de tres días.
  • Que me guste como salgo en las fotos.
  • Mi pijama.
  • Mi cuaderno (el negro con diseños rojos).
  • ¡MIS FLIP-FLOPS!
  • Andar descalza.
  • Sentir la arena entre los dedos.
  • Soñar que vuelo.
  • Los aeropuertos (aunque tenga años de no visitarlos).
  • Llevarme un libro de mi padrastro y no devolvérselo (ñajaja).
  • Recibir un detalle (cartita, regalo, etc.) solo porque sí.
  • Encontrar dinero en las otras carteras o en las bolsas de un pantalón.
  • Los chistes locales (entre amigos).
  • Hablar con miradas.
  • Hacer contacto visual con mi gato.
  • Una llamada inesperada (preferiblemente en la madrugada).
  • Llamar a alguien con el pensamiento (que no es lo mismo que ver a quien estaba pensando).
  • Escribir algo, leerlo después de un buen tiempo y que todavía me guste.
  • Colocar bien las comas y las tildes.
  • Un buen comentario de mi profesor de redacción.
  • El viento en mi cara.

Comments

3 Responses to “Por eso sonrío y no me quejo”

  1. Anónimo
    5/9/08 11:44 a. m.

    Chinia te pasaste...

    Me podés como dar tu autógrafo talvez para colgarlo en mi pared post mortum??

    Fuera de bromas te quiero mucho y gracias por inspirarme a la una y cuarenta y uno de la madrugada en una noche húmeda a la orilla del río en un país lejano... Tenés el alma lírica y lo sabés, así que me despido antes que mi superyó se vuelva--y se devuelva-- a despertar. Porque a esta línea ya sabés quién soy.

  2. Ma. José
    5/9/08 11:53 a. m.

    Saludos a un Bruno y su alterego, Quique (o ¿era al revez...?), quien está más cerca de mis raices que yo.

    Me alegra haberlo inspirado.
    Me alegra que haya pasado por aquí.

    Un abrazo.

  3. Unknown
    8/9/08 7:43 p. m.

    vaya china! mi primer comentario en un blog, ya no me va a abrumir ok! jajajaja
    poco a poco voy leiendo no t me resintas!
    sophia